Un cordial Saludo!
Hoy quiero
seguir comentándote como se generan los rencores en nuestra mente, y como el perdonar puede ser una alternativa
para afrontar las diversas situaciones que nos plantea la vida de una manera
más benéfica.
En su libro
perdonar es sanar el doctor Fred Luskin nos cuenta como los rencores nacen al
coincidir dos cosas:
Una situación que no queríamos experimentar o vivir sucede en nuestra vida.
Una situación que no queríamos experimentar o vivir sucede en nuestra vida.
Ejemplos de ello podrían ser: un despido en el trabajo, una relación
que ha sido terminada, pero que no deseaba terminar, un socio o compañero de
trabajo que abandona un trabajo importante
sin avisar sobre su paradero, una
infidelidad por parte de la pareja, una perdida inesperada de un ser querido,
un accidente, no obtener un ascenso deseado en el trabajo, una traición por
parte de un amigo o familiar, etc.
En realidad existen un sinnúmero
de situaciones que van de lo absurdo hasta lo terrible, en las cuales existe la
posibilidad de encontrarse en la situación de experimentar o vivir algo que no se
quería vivenciar. En estas situaciones se genera un rencor al no poseer las destrezas
necesarias para afrontar una realidad que no ocurrió como hubiésemos querido.
“Si afrontamos bien nuestras experiencias, podemos evitar los rencores, pero si
los afrontamos mal, los creamos”. (Luskin, Pág. 7) ¿Y por qué no sabemos en un momento dado afrontar las diferentes
situaciones que se nos plantean de una manera más benéfica? Cada caso
podría ser diferente en relación a sumas personales, familiares, educativas,
sociales, culturales. Pero, Si ponemos de ejemplo lo que sucede a nivel
cultural veríamos que muy pocas veces se enfatiza en el perdón como
alternativa, más bien, se podría decir que en la mayoría de ocasiones se
profundiza en soluciones para manejar el dolor que están mediadas por emociones
o sentimientos que muchas veces no son lo más benéficos, ejemplos que podríamos
ver en los medios masivos de comunicación como
películas, telenovelas, realitys son tomar algún estupefaciente para manejar el
dolor, emprender acciones en contra de la persona que nos hirió, etc .
El rencor se forma porque la manera que se elige para manejar esa situación es pensar demasiado en el problema, dándole demasiado espacio a la decepción, a la injusticia, al dolor que esta situación nos causo, en nuestra mente.
El rencor se forma porque la manera que se elige para manejar esa situación es pensar demasiado en el problema, dándole demasiado espacio a la decepción, a la injusticia, al dolor que esta situación nos causo, en nuestra mente.
¿Cuánto tiempo gastamos pensando en nuestras aflicciones y
decepciones? ¿Con que intensidad? ¿Hay algún beneficio en prestar tanta energía
y tiempo reproduciendo en nuestra mente aquellos momentos dolorosos?
La dificultad principal al manejar una situación que no queríamos
que sucediera es ¿Cómo conservar la calma
cuando alguien nos lastima o decepciona? Dado a que en ocasiones no es
sencillo recuperar la tranquilidad cuando se nos ha herido o maltratado de
alguna manera y hacer del perdón una práctica constante es en ocasiones
difícil, sin embargo no hay que olvidar que el perdón nos permite hacernos
cargo de la situación, al hacerlo nos brinda claridad y la posibilidad de
experimentar paz en el momento presente. Cuando
se perdona, se construye una historia sensata de lo ocurrido, en donde eso que
nos ocurrió nos hizo mejores seres humanos.
Concentrar
la atención en el dolor solo lo hace más intenso y crea hábitos difíciles de
romper que al final concluyen en el rencor. El mismo, nos hace vivir indefinidamente
en el pasado, en las situaciones dolorosas de la vida. Mantener fresca las
heridas hace que adquieran poder sobre nosotros. Lo que hay que tener claro es
que lo que uno piensa y recuerda se puede cambiar como
quien cambia los canales de la televisión. Si acostumbramos ver el canal del
rencor, veremos un mundo lleno de ellos, pero si optamos por el canal del
perdón, veremos un mundo diferente. Pasar por alto la belleza de la vida es el
daño inesperado que producen los rencores.
Pero
¿Cómo sabremos si guardamos rencores?
El autor del libro nos plantea analizar unas preguntas que nos pueden conducir a saber si guardamos algún rencor:
- ¿Piensa usted en esa dolorosa situación más de lo que piensa en las cosas buenas de la vida?
- Al pensar en ello ¿siente incomodidad física o alteración emocional?
- Cuando hace memoria sobe el particular ¿lo hace con los mismos pensamientos?
- ¿Repite la historia una y mil veces en la cabeza?
Enlaces que tal vez te puedan interesar:
Perdonar es Sanar (I):
Recuerda:
La información anterior solo te muestra algunas reflexiones que te
permitan comprender e iniciar el proceso
de sanación o perdón, si quieres transitar este camino es de vital
importancia que busques un profesional de la salud Competente, en este caso un
médico de familia o psicólogo (a). Esta en tu responsabilidad usar la información de la manera más benéfica.
Referencia:
Luskin, Fred. (2002). Perdonar es sanar. Editorial Norma, Bogotá,
Colombia.
Espero que esta información te sea de utilidad,
un abrazo.